viernes, 31 de agosto de 2007

Angustia intramuscular

Algo punzante atraviesa la infantil garganta de Inés. Está despierta desde las seis de la mañana. Su angustia aumenta según se acerca la hora. Él acaba de llegar, puntualmente a las nueve. Mientras manipula los brillantes artilugios, ella no pude quitar sus ojos de la cajita plateada donde duermen, acunadas entre algodones, la pareja de jeringuillas, agujas de varios tamaños y una pinza dorada.
—Mamá…, ya estoy bien…, ya no me duele la garganta…, te lo juro.
Ninguno la escucha. En el “cazo de las inyecciones” su madre hierve el agua que dejará vírgenes a dos agujas y una de las jeringas.
—Pero…, mamá…, escúchame por favor…, ya estoy sana…
El sonido de la minúscula sierra contra la botellita del inyectable invade sus oídos.
—¿Por qué no tengo saliva en la boca mamá?
Él deja escapar una gota del violento líquido para asegurar la ausencia de aire en la cánula.
—Me duele el pecho mamá. No puedo respirar.
Una lágrima indefensa resbala al compás de la palmada con la que el practicante anestesia la nalga infantil.

No hay comentarios:

ADVERTENCIA LEGAL

Todos los contenidos que aparecen, o puedan aparecer expuestos en este blog, pertenecen a Dña. Celsa Muñiz Diez y están registrados. Por ello están protegidos por el Real Decreto Legislativo 1/1996 de 12 de abril (Ley de Propiedad Intelectual).

No se permite la reproducción, total o parcial, en ningún soporte y para ningún fin, de ninguno de dichos contenidos salvo autorización expresa de la autora. En caso de autorización se citará siempre la autoría y la fuente original, creando, si fuese posible, un vínculo a esta página.