Querida madre, tengo miedo. Están ocurriendo cosas extrañas en la casa. Esta noche me encontré en el baño con una mujer joven. Cuando le pregunté quien era y qué hacía allí me dio un beso en la frente y me llevó a la cama. Volví a dormirme convencido de que soñaba.
Pero esta mañana, mientras bajaba en el ascensor, de pronto vi en el espejo a un anciano que me miraba con expresión de asombro, me volví, pero no había nadie. Estaba yo solo. Abandoné tembloroso el ascensor y corrí a tu lado para contártelo, pero tú me dijiste que no eras mi madre, que eras la portera. ¡Estoy muy asustado!
Cuando dejaba el portal, dos vecinas quedaban chismorreando que un tal D. Genaro ya no debería salir sólo a la calle.
¿Quién es D. Genaro madre? Se llama como yo, pero no le conozco.
LA HERENCIA, Javier Fernández Delgado
Hace 1 día
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