Momentos felices (I)

Hoy estuve recogiendo en una carpetita algunos de los recuerdos más gratos que me ha proporcionado este pasatiempo de juntar letras. Mi “primer gozo literario” llegó como llegan los primeros amores: sin estar preparados. Nunca había escrito nada (literariamente, se entiende) y un día me decidí a probar con algo pequeño: los micros. El primero lo rompí, pero el segundo lo envié al programa “La Ventana” de Gemma Nierga donde mi admirado Juan José Millás me lo premió. Fue la semana del 15 de marzo de 2002. Apenas 20 líneas y un título: “Diario de Juan” (aquí) ¡Caray!, me dije, ¿a ver si tengo talento y no lo sé? (sigo sin saberlo).
Días más tarde me llegó a casa un lote de libros (que aún no leí, perdón, Juanjo) y… ta-ta-tachan: ¡un ¡jamón! Aunque tal manjar me hizo sentir como si me hubiera tocado la rifa de una feria de pueblo, no logró borrar la sonrisa bobalicona del que se siente importante sin serlo.

Ahí los libros. El jamón ya no está entre nosotros. No quedaba fino en la estantería. Hubo que sacrificarlo para que el pobre no se sintiera discriminado. Descanse en paz.

MAS COSAS:

Luego vinieron pequeños reconocimientos en el Foro Cafedeartistas, al que siempre llevo en el corazón, por todo lo que aprendí de algunos foreros que hoy ya se codean con los grandes. Mis relatos “Primer Amor” (aquí) y “Sinuosidades” (aquí) —que da título a este blog— forman parte de aquellos días felices.

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