Avanzábamos hacia el enemigo con las espadas en alto, cuando sentí en mi cuello un frío tan quemante como el hielo. Subí las manos para calmar el ardor y mi cabeza no estaba. Me giré para buscarla y entonces me vi. Desde el suelo vi mi cuerpo aún en pié, con mis manos taponando el borboteo de sangre. Avanzó un trecho y luego se desplomó.
Al cabo de un rato, y cuando mis ojos empezaban a verlo todo en blanco y negro, sentí las manos de otro cuerpo zarandeándome sin cuidado. Sacudieron el polvo de mi pelo y me encajaron en su robusto cuello decapitado. Cargó a su espalda mi cadáver, lo llevó hasta el otro lado de la empalizada, donde estaba el enemigo, y lo depositó bajo otra cabeza sin ojos y ensangrentada.
Al cabo de un rato, y cuando mis ojos empezaban a verlo todo en blanco y negro, sentí las manos de otro cuerpo zarandeándome sin cuidado. Sacudieron el polvo de mi pelo y me encajaron en su robusto cuello decapitado. Cargó a su espalda mi cadáver, lo llevó hasta el otro lado de la empalizada, donde estaba el enemigo, y lo depositó bajo otra cabeza sin ojos y ensangrentada.
Cuando nos alejábamos del campo de batalla me volví: los sesos de la testa muerta comenzaban a salir por entre las cuencas vacías. Sentí un miedo atroz, pero el cuerpo que me llevaba no experimentó el escalofrío.
18 comentarios:
Hoy sí has estado terrorífica,
con ese intercambio de cuerpos
y de cabezas! Parece una de
esas pesadillas de las que no
podemos despertar.
Muy bien logrado tu relato.
Ya extrañaba tus cuentos.
Un abrazo
BB
Me han quedado los pelos ( todos ellos) de punta después de leerte. Como dice BB, un ambiente pesadillesco muy logrado.
Me ha encantado el relato.
Mala suerte la de esa cabeza, al encontrar ese cuerpo tan insensible.
Besos.
Me recuerda, este texto, el libro de Azûa, "Mansura", en las que todo rueda por doquier desde la primera hasta la ùltima pàgina, brazos, piernas, cabezas, en las Cruzadas por Tierra Santa.
Y mira que perder la cabeza, y ni por amor, en qué andas pensando? Perdôn si ya ni piensas... solo deambulas.
Te quedô muy fino y delitoso el final.
Un beso y abrazos mil
...pero el cuerpo que me llevaba no experimentó el escalofrío,¿sera el mío? bueno, peor es nada.
El jinete sin cabeza
Cuentito de terror. Un saludo con cabeza.
Bien descrita el alma.Saludos.
Éntré en este blog por casualidad, y empezé a leerlo con curiosidad. Ahora, tras seis o siete cuentos fascinantes, debo dejarlo con pesar, pues otros asuntos requieren mi atención, pero has ganado un lector, Sinuosa. Estoy deseando seguir leyéndote.
Un cordial saludo.
Lo que demuestra que sin la cabeza el cuerpo puede pensar, eso si es escalofriante.
Saludos, estupendo texto
No me extrañaría descubrir que esta historia fue pesadilla antes que cuento.
Muy lograda la ambientación. Logras un efecto semejante al despertar abrupto de una pesadilla.
Madre mía, la piel de gallina me has puesto, qué escenas taaaan gráficas. hace poco vi en National Geofrafic unos experimento que se realizaron hace unos años en monos con trasplante de cabezas, como lo oyes, ¡trasplante de cabeza! Y lo consiguieron, si buscas en Internet seguro que encuentras algo, pero los prohibieron por bestias, porque claro, les tenían que cortar la médula espinal y se habrían quedado inválidos, pero aún así tampoco sobrevivían mucho. El documental (con imágenes de los trasplantes) me puso los pelos como tu relato (pelo gallina).
A C3PO le pasó algo similar en uno de los capítulos de Star Wars. Y es que la Wars, tiene estas cosas.
Un buen relato.
Podría decirse que acabo de publicar la historia opuesta a ésta.
:)
Un abrazo, Sinuosa.
Que bien, me ha gustado mucho. Y, la verdad, ¿no llevamos muchas veces debajo un cuerpo que parece no obedecernos, ir a su aire y buscarnos complicaciones?
Me he sentido muy identificado con tu personaje, pues no paro de perder la cabeza a mi pesar. Permíteme un aplauso.
Últimamente nos hemos paseado por lugares comunes, y aunque los temas bélicos, o el terror, o la sangre... no son lo mío, te aseguro que "das miedo", en el sentido figurado y no.
Queridos todos, debo confesar que me sorprendió que a alguno le haya gustado mi “experimento”, pues este género no es santo de mi devoción, ni para escribirlo ni para leerlo, pero quise probar, por aquello de ser una todo-terreno, jajajaj.
Y no. No surgió de ninguna pesadilla (gracias a Dios), simplemente me dejé llevar sin mucho tino. Y así salió. Vamos, que se me fue la cabeza (o me la llevaron), jajajaj
Muchas gracias a todos. Sois un público encantador.
Besos a repartir.
Te superas, niña.
Cabeza en cuerpo ajeno, o viceversa. Sensacional.
Muy buenas tus últimas entradas: te estás convirtiendo en una experta en breves. Sigue así y dame más, por favor ;-)
La segunda parte de la última frase, o sea el cierre del micro, es magistral, virtuoso, revelador.
Sólo un apunte: uno puede sentir las manos de otro cuerpo, pero no sentir que no tiene cabeza. Yo borraría lo de “sin cabeza” y lo aclararía en la siguiente frase añadiéndole la palabra “decapitado” a continuación de “cuello”.
Besos.
HANK, llevas razón, queda mejor como dices. Gracias por el consejo. Acabo de modificarlo.
Con correctores tan generosos, da gusto.
Un abrazo.
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