sábado, 23 de noviembre de 2019
Mi premio Micro
Me llena de satisfacción comunicaros que el pasado 15 de noviembre, mi texto "Supermercado", ha sido seleccionado en el V Concurso de Microrrelatos convocado por el Ayuntamiento de Godella (Valencia). Será publicado en el libro que editarán con todos los premiados.
Aquí el acta
Podéis leer el micro picando aquí
miércoles, 13 de junio de 2018
Publicación de mi libro de relatos: Ojos mudos
domingo, 3 de diciembre de 2017
Mi 2º Premio en el María Alas Pumariño
El pasado 30 de noviembre mi relato "Lágrimas de bronce" consiguió el 2º Premio del Certamen de Relatos Breves "María de las Alas Pumariño", organizado por la Asociación de Mujeres del Llano, aquí en Gijón.
Un relato MUY NUESTRO que la organización del certamen ha publicado en una revista muy cuidada, según mis amigos a los que desde aquí agradezco sus felicitaciones.
viernes, 16 de diciembre de 2016
Mi premio en Mérida
Otra satisfacción en esto de juntar letras. Ocurrió el pasado 15 de noviembre 2016 donde resulté ganadora del 2º Premio en el XXII Certamen Literario Experiencia y Vida 2016, organizado por el SEPAD de la Junta de Extremadura (aquí el Acta). La entrega de premios se llevó a cabo este miércoles 14 de diciembre en la Escuela de Administración Pública de la ciudad de Mérida a la que me desplacé a recoger el premio y los libros editados con mi relato y el de los demás ganadores del certamen.
Desde aquí quiero dar de nuevo las gracias a la organización del evento por su entrañable acogida y por hacernos sentir tan bien ese día. Incluso nos regalaron la estancia en esa maravillosa ciudad de Mérida.
viernes, 4 de septiembre de 2015
AGEUSIA, mi premio de humor
El pasado 31 de agosto me han concedido el 1º Premio y único, del XXIII Concurso de Prosa Los Molinos 2015 organizado por la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento Los Molinos de Madrid. El relato debía ser de humor, así que allá que se fue a concursar mi relato "Ageusia". La palabreja del título, si bien es técnica, no deja de tener su puntito jocoso.
Quiero agradecer desde aquí al jurado y organización que lo han considerado merecedor de tan prestigioso certamen.
Quiero agradecer desde aquí al jurado y organización que lo han considerado merecedor de tan prestigioso certamen.
domingo, 5 de julio de 2015
Mi premio Martin Gaite
El pasado 30 de junio 2015, mi relato “Entre
senos y cosenos” recibe el 1º Premio del XIV Certamen Literario de Relatos Breves
Carmen Martín Gaite que organiza cada año la Asociación de Mujeres “Villa
de Lumbrales” (Salamanca). El tema del certamen de este año era “La solidaridad”.
Una alegría solo empañada por no poder asistir en personan a recoger el premio debido a una lesión vertebral. Así que las únicas jotas que me deja bailar son las del teclado, y con moderación. ¡Qué penita!
Desde aquí quiero dar las gracias a las organizadoras del certamen, al Ayuntamiento de Lumbrales y en especial a la Presidenta de la Asociación Villa de Lumbrales, a todos que tan bien han sabido rellenar mi ausencia en el acto de entrega. Les estaré siempre agradecida.
Una alegría solo empañada por no poder asistir en personan a recoger el premio debido a una lesión vertebral. Así que las únicas jotas que me deja bailar son las del teclado, y con moderación. ¡Qué penita!
Desde aquí quiero dar las gracias a las organizadoras del certamen, al Ayuntamiento de Lumbrales y en especial a la Presidenta de la Asociación Villa de Lumbrales, a todos que tan bien han sabido rellenar mi ausencia en el acto de entrega. Les estaré siempre agradecida.
viernes, 17 de abril de 2015
A BOCAMINA
Se
sigue despertando a las cinco de la mañana, media vida de madrugones le han
trastocado el sueño. Se levanta a oscuras y se dirige a la sala casi de
puntillas, abre el balcón, se acoda en la barandilla y envuelto en una manta
permanece allí un gran rato, inmóvil hasta verlos pasar camino al trabajo:
mineros silenciosos con el bocadillo del almuerzo apretado bajo el brazo.
Algunos marchan encogidos, con el cuello de la zamarra levantado y las manos
caladas en los bolsillos. Su mujer lleva razón, piensa, deberían irse del
pueblo. ¿Qué sentido tiene ya vivir cerca del pozo? Su mirada sigue las negras
figuras hasta verlas difuminarse bajo la luz amarillenta de la última farola.
El aire gélido le hace lagrimear. ¡Maldita brisa! Cuando ya han pasado todos,
cierra el balcón y regresa a la cama, pero nunca consigue volverse a dormir.
Hace
dos años que aguarda así los amaneceres que durante treinta años recibió en la
negrura de la mina, arrancándole carbón a las entrañas de la tierra,
compartiendo humedad, polvo y compañerismo.
El
resto de la mañana deambula por la casa con la desoladora certeza de ser un
inútil, un estorbo, una maleta abierta en mitad del pasillo tras las
vacaciones.
A
lo largo del día va rellenando las horas de alcohol y recuerdos en el chigre de
Nando. Habla lo justo, come poco y bebe más de lo necesario. A las tres de la
tarde hace la siesta y a las cinco abre los ojos sintiendo todavía el carbón en
la boca y un nudo en el pecho.
Desde
que le prejubilaron ya no ha vuelto a despertarse con el cuerpo liviano y el
deseo de mujer. Y una vez más se repite, que mañana no volverá a dormir la
siesta.
Publicado en el libro "Ex libris" (Abril 2015)
domingo, 6 de julio de 2014
Manolabola
Imagen: José Manuel Acebal Rodríguez
Mi relato "Manolabola", inspirado por la imagen mostrada arriba, ha sido galardonado con el 1º Premio en el II Concurso de Relatos Breves "El folio en malva" organizado por la Concejalía de Igualdad del Ayuntamiento de Castropol (Asturias)
La entrega del premio tuvo lugar el 5 de junio en la Casa de Encuentros de dicho ayuntamiento.Desde aquí, de nuevo, hago expreso mi agradecimiento a José Manuel Acebal Rodriguez, miembro del Grupo Fotográfico Zona 5 por la magnífica fotografía que inspiró la historia que me dio el galardón.
sábado, 21 de septiembre de 2013
Desde la jaula
Tras cuatro días
soportando su hedor, por fin alguien ha entrado y abierto el ventanal. Qué
alivio sentir el frescor del mar que llevo mirando todo este tiempo. Han tapado
su cadáver y ahora varios policías deambulan por la casa rastreando pistas que
jamás hallarán. Uno de ellos se ha parado frente a mi jaula, me ha llenado los
cuencos con alpiste y agua y ahora me observa con atención. Si habláramos el
mismo lenguaje, le contaría lo ocurrido desde que el escritor se encaró con la
maldita novela.
Soy el único que
convivió con él hasta su muerte. Buscarán y buscarán y jamás podrán imaginar
que las culpables, las asesinas, fueron ellas. Las tienen frente a los ojos,
pero no las verán. Son mucho más astutas que ellos.
Durante los dos últimos
años fui testigo de los arrebatos del escritor, rompiendo folios cuando las muy
rebeldes se empeñaban en trastocar la historia que él les había trazado. Hasta
que por fin consiguió doblegarlas. Según los críticos, "Encarceladas" se convirtió en su obra cumbre.
Todo comenzó una tarde
en que el escritor, aburrido, recorría con la vista los estantes de su
biblioteca y se detuvo frente a su ejemplar, que no había vuelto a abrir desde
que le echase un vistazo en la imprenta. Lo tomó, acarició el lomo con gesto
ausente, abrió el volumen y repasó con el índice el título plateado de la
portada. Finalmente, lo devolvió a la estantería, entre sus primeras dos
novelas y sus tres poemarios. Contempló su producción con una sonrisa torcida.
Luego salió al balcón y
con los brazos abiertos aspiró el aire del mar. Permaneció un buen rato atento
al ir y venir de los paseantes. Luego cerró las puertas-ventanas y se dirigió
al cuarto de baño. Yo, a mi vez, me dediqué a observar la estantería. En ello
estaba cuando el libro comenzó a removerse. Minutos más tarde, el tomo se
balanceaba al borde del estante hasta caer al suelo, abierto boca arriba. Las
hojas se agitaban como zarandeadas por el viento. De pronto, sus líneas empezaron
a desordenarse. Las letras… Todas las letras, se separaban, distanciándose unas
de otras, y al poco volvían a agruparse como hormigas excitadas. Quién sabe qué
cosa hurgaría en la entrada de su hormiguero... En todo caso, las palabras
adelgazaban aquí y se engrosaban allá, mudaban sus consonantes, hurtaban
diptongos con velocidad de rateros, canjeaban acentos por comillas y vocales
por sangrías.
Abierto, boca arriba sobre el piso: así encontró el libro el escritor, media hora más tarde, cuando regresó al salón, recién bañado y con el pijama puesto. Inmóvil, miró en derredor; luego se dirigió hacia el mueble donde había dejado el ejemplar y comprobó la firmeza de las baldas. Todo estaba bien. Recogió el libro y, sin leer nada, lo cerró. Cuando intentaba devolverlo al estante, se percató de que no cabía, como si hubiera crecido o se hubiese hinchado. Entonces el escritor apretó con fuerza las pastas y de nuevo trató de encajarlo. Imposible. Agotado, se sentó en su sillón y abrió el volumen por la primera página.
Lo que siguió es algo
que aún ahora me cuesta evocar sin que se me ericen las plumas.
Los
dos vimos entonces, estupefactos, cómo las letras, ahora en fila, avanzaban
hacia la esquina inferior del papel. El escritor se apretó las sienes, se
limpió el sudor de la frente y admiró boquiabierto el desfile del minúsculo ejército.
Tan absorto estaba que no se dio cuenta de la avanzadilla que, procedente de
las páginas finales, comenzaba a treparle por la manga. Cuando le llegaron al
cuello, soltó el libro, se puso de pie y, rascándose la garganta con desesperación,
se encaminó hacia la ventana. Tosía. Tosía sin parar. Tanto, que su cara se
amorató. Trató de abrir la ventana, pero sus manos, ennegrecidas por las letras
que las cubrían y rígidas como una escayola, no lo consiguieron. Tambaleándose,
se dirigió a la puerta, pero tras algunos pasos pareció que las piernas no lo
sostenían. Terminó en el suelo, retorciéndose, arrastrándose apenas. Abrió la
boca para gritar entre aquella lava negra que ya reptaba por sus mejillas. Las
letras continuaron su avance imparable, colándose por la nariz, los oídos, la
lengua… Una a una, vocal y consonante, consonante y vocal, fueron metiéndosele
en el cuerpo. Un rato después, no quedaba ni una en el libro.
Al rato, el escritor
dejó de moverse.
Cerré los ojos unos instantes. Cuando volví a abrirlos las letras abandonaban aquel cuerpo tal como lo habían tomado. Disciplinadas, fueron entrando de nuevo al libro y ubicándose en líneas, horizontales y rectas, hasta ocupar cada hoja.
No sé qué historia
contarán ahora, pero dudo que se trate de una confesión.
Editado en el libro "Gijón cuenta" (Abril 2012)
lunes, 27 de junio de 2011
Publicación en Revista Prímula
En el último cuaderno (nº 12) de la Revista Cultural Prímula, editada por el Area Sanitaria V del Principado de Asturias, han publicado mi relato: "Patria potestad" y mi poema homenaje a Machado: "Las tazas".
La revista está Aquí. (páginas 28 y 33). La ilustración que le han puesto al relato me encanta.
.
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